La higiene de manos es una de las medidas más sencillas y efectivas para prevenir la transmisión de enfermedades infecciosas. Sin embargo, su práctica adecuada y constante no siempre se encuentra arraigada en la vida cotidiana, ni en la atención médica ni en los hábitos comunitarios.
Con el objetivo de visibilizar la importancia de este gesto, cada 15 de octubre se conmemora el El Día Mundial del Lavado de Manos. Fue instaurado en 2008 por la Global Handwashing Partnership, una coalición internacional que incluye la participación de UNICEF, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y otros actores de salud pública. La elección del 15 de octubre coincidió con el Año Internacional del Saneamiento, con el fin de posicionar la higiene de manos con agua y jabón como una estrategia esencial para reducir infecciones prevenibles y mejorar la calidad de vida en comunidades de todo el mundo.
Esta conmemoración no está ligada a una sola enfermedad, sino a un conjunto de patologías prevenibles por transmisión fecal-oral, respiratoria y por contacto. Entre ellas destacan la diarrea infecciosa, las enfermedades respiratorias agudas y la influenza, todas con elevada incidencia y mortalidad en poblaciones vulnerables.
Enfermedades asociadas
La diarrea infecciosa constituye una de las principales enfermedades relacionadas con la falta de higiene de manos. Se define como el aumento en la frecuencia y fluidez de las evacuaciones debido a la acción de bacterias, virus o parásitos. Según la OMS, causa alrededor de 525,000 muertes infantiles cada año. Su fisiopatología incluye la invasión del epitelio intestinal o la secreción de toxinas que alteran el equilibrio hídrico y electrolítico. Clínicamente se presenta con evacuaciones líquidas, deshidratación, fiebre y dolor abdominal. Las complicaciones graves son el choque hipovolémico y la muerte, especialmente en niños menores de cinco años y adultos mayores.
Otra enfermedad vinculada es la neumonía, causada por bacterias o virus que pueden transmitirse mediante manos contaminadas. La neumonía infantil es responsable de aproximadamente 700,000 muertes anuales en menores de cinco años. Su fisiopatología se relaciona con la inflamación del parénquima pulmonar y la alteración del intercambio gaseoso, lo que provoca fiebre, tos, dificultad respiratoria y cianosis.
En conjunto, estas enfermedades demuestran cómo un acto tan simple como el lavado de manos puede interrumpir cadenas de transmisión, reduciendo morbilidad y mortalidad global.

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Estadísticas globales, regionales y nacionales
De acuerdo con UNICEF (2021), 3 de cada 10 personas en el mundo carecen de instalaciones básicas para el lavado de manos en el hogar. En los países menos desarrollados, la cifra asciende a más del 60%. Esta carencia se asocia con una mayor carga de enfermedades infecciosas prevenibles.
En América Latina y el Caribe, la cobertura de acceso a agua y saneamiento es relativamente alta, pero persisten desigualdades: comunidades rurales e indígenas enfrentan limitaciones de acceso y deficiencias de infraestructura. Estudios regionales muestran que hasta un 25% de los hogares carecen de jabón disponible para la higiene cotidiana, lo que incrementa la vulnerabilidad a epidemias.
En México, datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT 2020) señalan que alrededor del 7% de los hogares no cuenta con agua entubada dentro de la vivienda, y más del 15% carece de instalaciones adecuadas para el lavado de manos. Estas carencias están relacionadas con mayor incidencia de enfermedades diarreicas y respiratorias, particularmente en zonas rurales y marginadas.
Importancia histórica
El reconocimiento de la importancia del lavado de manos tiene raíces históricas en la medicina. En el siglo XIX, Ignaz Semmelweis, médico húngaro, demostró que el lavado de manos con soluciones antisépticas reducía de manera drástica la mortalidad materna por fiebre puerperal en hospitales de Viena. Aunque inicialmente sus hallazgos fueron ignorados, con el tiempo se convirtieron en un pilar de la práctica médica. La instauración del Día Mundial del Lavado de Manos recupera esta tradición histórica y la vincula a una acción de salud pública a gran escala.
Derechos humanos y legislación aplicable
El acceso al agua, al saneamiento y a la higiene forma parte del derecho humano al agua y a la salud, reconocido por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2010. A nivel internacional, este derecho se encuentra respaldado por tratados como el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales.
En México, la Constitución en su artículo 4º garantiza el derecho humano al agua, y la Ley General de Salud contempla la obligación de las autoridades de promover condiciones de salubridad y saneamiento. Además, la Norma Oficial Mexicana NOM-045-SSA2-2005 incluye lineamientos sobre higiene en la prevención de enfermedades transmisibles.

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Fortalezas, avances y perspectivas
En los últimos años, se ha fortalecido la infraestructura escolar para incluir estaciones de lavado de manos, especialmente tras la pandemia de COVID-19, que puso en primer plano la higiene personal como medida de salud pública. La inclusión del tema en currículos educativos y campañas masivas ha incrementado la conciencia ciudadana.
Las oportunidades a futuro incluyen: ampliar la cobertura de agua potable, promover tecnologías de bajo costo para comunidades rurales y desarrollar programas de investigación sobre hábitos de higiene.
Persisten riesgos asociados con la falta de acceso universal al agua y saneamiento, agravados por fenómenos como el cambio climático y la urbanización acelerada. Además, el desinterés o la fatiga en las campañas de prevención pueden reducir el impacto de las estrategias. Sin un compromiso sostenido y la participación comunitaria, los logros alcanzados podrían estancarse.
Importancia de la divulgación científica
La difusión de la evidencia científica sobre higiene de manos es vital para transformar conductas comunitarias y hospitalarias. Campañas como “Salve Vidas: Límpiese las Manos”, impulsada por la OMS desde 2009, han demostrado que la educación continua y la vigilancia institucional mejoran la adherencia a esta práctica en el personal sanitario, reduciendo infecciones asociadas a la atención en salud. A nivel comunitario, los programas escolares y las intervenciones en comunidades rurales han logrado disminuir la incidencia de diarrea y neumonía infantil hasta en un 30%.
Este día es un recordatorio de que un hábito básico puede salvar millones de vidas al año y nos demuestra que la higiene de manos es una de las intervenciones más costo-efectivas en salud pública.
Referencias
- Organización Mundial de la Salud. (2020). Save Lives: Clean Your Hands campaign. WHO. https://www.who.int/infection-prevention/campaigns/clean-hands
- Organización Panamericana de la Salud. (2021). Higiene de manos en la atención de salud. OPS. https://www.paho.org/es/temas/higiene-manos
- UNICEF. (2021). Progress on household drinking water, sanitation and hygiene 2000–2020. UNICEF/WHO. https://data.unicef.org/resources/progress-on-hygiene-2021
- Instituto Nacional de Salud Pública. (2021). Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2020. INSP. https://ensanut.insp.mx
- Semmelweis, I. (1983). Etiology, concept and prophylaxis of childbed fever. University of Wisconsin Press. (Trabajo original publicado en 1861).
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