Día Mundial del Accidente Cerebrovascular

El Día Mundial del Accidente Cerebrovascular (ACV) se conmemora cada 29 de octubre y está dedicado a aumentar la conciencia pública sobre la prevención, el reconocimiento temprano, el tratamiento oportuno y la rehabilitación después del ACV. La fecha es el punto central de una campaña global impulsada por la World Stroke Organization (WSO) y socios locales para reducir la carga de la enfermedad y mejorar la atención a las personas afectadas.

World Stroke Day surgió en la primera década de los 2000: la iniciativa se definió durante congresos internacionales de ictus y fue formalizada por la World Stroke Organization para consolidar esfuerzos mundiales de concienciación. En 2010 la WSO declaró al ictus como “emergencia global de salud pública”, lo que reforzó el alcance y continuidad de la campaña.

El accidente cerebrovascular (ACV)

También llamado ictus o stroke, es el daño cerebral sufrido por la interrupción brusca del aporte sanguíneo (isquemia) o por sangrado dentro del cerebro (hemorragia). Ambas situaciones provocan muerte o disfunción de neuronas y de las redes cerebrales que controlan funciones motoras, sensoriales, del lenguaje y cognitivas.

Incidencia y prevalencia: El Accidente Cerebrovascular es una de las principales causas de muerte y discapacidad en el mundo. Estudios recientes del Global Burden of Disease (GBD) y revisiones globales reportan millones de casos nuevos anuales, decenas de millones de personas que viven con secuelas y cientos de miles de muertes atribuibles directamente al ictus cada año. Aunque las tasas estandarizadas por edad han disminuido en muchos países por mejor prevención, el número absoluto de casos y de años de vida con discapacidad aumenta por el envejecimiento poblacional.

Fisiopatología: Hay dos mecanismos principales:

  1. Isquemia cerebral: obstrucción de una arteria cerebral (trombo o émbolo) que deja sin riego una región del cerebro.
  2. Hemorragia intracerebral o subaracnoidea: ruptura de un vaso con sangrado que lesiona el tejido por compresión y toxicidad.
    Ambos procesos causan muerte neuronal, inflamación local y alteración de las conexiones cerebrales, lo que explica la pérdida súbita de funciones.

Datos clínicos: Síntomas típicos de inicio súbito: debilidad o adormecimiento de cara, brazo o pierna (un lado del cuerpo), dificultad para hablar o entender, pérdida súbita de visión, fuerte cefalea sin causa, mareo intenso o pérdida de equilibrio. El reconocimiento inmediato por medio de la mnemotecnia FAST: Face (rostro), Arm (brazo), Speech (habla), Time (tiempo) es vital: cuánto antes se reciba atención especializada, mejores las probabilidades de recuperación. El diagnóstico se confirma con neuroimagen (TC o RM) e incluye pruebas vasculares y cardiacas para la etiología.

Complicaciones y pronóstico: Las consecuencias van desde la recuperación completa hasta discapacidad permanente: paresia, afasia, problemas cognitivos, trastornos del comportamiento, dependencia para actividades de la vida diaria y riesgo aumentado de muerte. La hemorragia intracerebral suele tener peor pronóstico agudo; la isquemia puede beneficiarse de tratamientos reperfusores (trombolisis, trombectomía) que mejoran supervivencia y función si se aplican rápidamente. A largo plazo, el Accidente Cerebrovascular es una de las principales causas de años vividos con discapacidad.

Foto por Marvin 101 – Own work, CC BY-SA 3.0.

Estadísticas de importancia

Mundial: Las estimaciones recientes muestran que el Accidente Cerebrovascular sigue siendo una de las tres principales causas de muerte y la principal causa neurológica de discapacidad a nivel mundial. Se reportan millones de casos nuevos y decenas de millones de personas viviendo con secuelas por ictus. Las proyecciones alertan que las muertes por ictus podrían aumentar sustancialmente hacia 2050, con el mayor impacto en países de ingresos bajos y medios.

Región de América Latina y el Caribe: En la Región de las Américas el ictus ha mostrado descensos en tasas estandarizadas de mortalidad en las últimas décadas, pero la carga absoluta sigue elevada por crecimiento y envejecimiento poblacional.

México: En México el ictus es causa importante de mortalidad y discapacidad. Trabajos nacionales y de la región han documentado cambios en la incidencia y mortalidad: aunque las tasas estandarizadas han disminuido en ciertos periodos, el número absoluto de eventos y la carga por años vividos con discapacidad se mantienen altos.

Importancia histórica

El reconocimiento del Accidente Cerebrovascular como prioridad de salud pública ha evolucionado: desde entenderlo como “apoplejía” con pronóstico sombrío, hasta identificar factores modificables (hipertensión, diabetes, tabaquismo, dieta, sedentarismo) y desarrollar tratamientos agudos (trombolisis farmacológica desde los 1990s; trombectomía mecánica en la última década) que han cambiado el pronóstico en centros con recursos. La implementación de sistemas organizados de atención al ictus (redes de emergencia, protocolos prehospitalarios y unidades de ictus) ha demostrado reducir mortalidad y discapacidad.

Derechos humanos y legislación

Marco internacional: El derecho a la salud (reconocido en instrumentos internacionales y en la Agenda 2030) obliga a los Estados a prevenir enfermedades, garantizar acceso a servicios de salud esenciales y a rehabilitación. Para el ictus esto implica políticas dirigidas a control de factores de riesgo (p. ej. control de la hipertensión), acceso a atención aguda (servicios de emergencia, unidades de ictus), rehabilitación y soporte social para personas con discapacidad. Las guías internacionales y coaliciones como la World Stroke Organization promueven estándares mínimos y equidad en acceso.

México: La Ley General de Salud y normas oficiales mexicanas establecen derechos y responsabilidades en materia de atención sanitaria. En la práctica esto se traduce en la necesidad de asegurar:

  • acceso a prevención (programas de detección y control de hipertensión y diabetes),
  • acceso oportuno a atención aguda (transportación, hospitales con capacidad),
  • rehabilitación y programas sociales para la reinserción.

: Foto de Anna Shvets en Pexels.

Avances actuales, riesgos y perspectivas a futuro

Avances

  • Tratamientos agudos efectivos: la trombolisis intravenosa y la trombectomía mecánica han transformado el manejo de ictus isquémico cuando se aplican en tiempo y contexto adecuados.
  • Sistemas de atención organizados: unidades de ictus, rutas prehospitalarias y protocolos han mejorado resultados en centros con infraestructura.
  • Prevención poblacional: campañas para controlar la hipertensión, el dejar de fumar, manejo de lípidos y promoción de estilos de vida saludables.
  • Investigación y tecnología: telemedicina (telestroke), algoritmos de imagen y estrategias de rehabilitación avanzadas amplían opciones en zonas con falta de especialistas.

Riesgos y desafíos

  • Brechas de acceso: muchas regiones carecen de hospitales que puedan ofrecer tratamiento trombolítico o trombectomía, o de sistemas de transporte rápido.
  • Control insuficiente de riesgo principal: la hipertensión no controlada sigue siendo el factor de mayor contribución al Accidente Cerebrovascular global; en muchas poblaciones el diagnóstico y control son subóptimos.
  • Envejecimiento poblacional: aumentará la carga absoluta de ictus a menos que la prevención se intensifique.
  • Recursos limitados y desigualdad: países de ingresos bajos y medios concentran la mayor parte del incremento proyectado de muertes y discapacidad por ictus.

Perspectivas

Para 2050 hay proyecciones preocupantes si no se actúa con decisión: el incremento esperado en muertes y costes puede evitarse en gran medida con políticas de prevención poblacional.

La importancia de la divulgación científica

  • Informar a la población sobre señales del ictus y la necesidad de buscar atención inmediata.
  • Promover la prevención (control de la presión arterial, alimentación saludable, actividad física, dejar de fumar).
  • Combatir mitos y mejorar la adherencia a tratamientos crónicos.
  • Movilizar apoyo político para financiar unidades de ictus, rehabilitación y programas de prevención.

Referencias

Foto por Bobjgalindo – Own work, CC BY-SA 4.0.

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