Día del Trabajador Social

El Día del Trabajador Social, celebrado el día 21 de agosto, constituye una fecha de gran relevancia para reconocer el aporte de esta profesión en la construcción de sociedades más justas, inclusivas y solidarias. El trabajo social, como disciplina académica y práctica profesional, se fundamenta en principios éticos vinculados a la defensa de los derechos humanos, la justicia social y la promoción de la equidad (Consejo General del Trabajo Social, 2012). Más que un oficio de asistencia, el trabajo social se configura como un campo interdisciplinario que impulsa procesos de cambio individual y colectivo.

El origen de esta conmemoración, aunque varía en distintos países, responde a la necesidad de visibilizar la labor de quienes, a través de la gestión social, el acompañamiento y la incidencia en políticas públicas, contribuyen a la transformación estructural de la sociedad. Autores como Ander-Egg (1993) han señalado que el trabajo social, desde su evolución histórica, ha transitado de un enfoque caritativo y asistencialista hacia una perspectiva crítica, integral y participativa que busca generar cambios duraderos en los contextos en los que interviene.

En la actualidad, el papel de los trabajadores sociales se vuelve indispensable frente a problemáticas globales como la desigualdad económica, la pobreza, la violencia de género, la migración, el acceso limitado a la educación y a la salud, así como las crisis medioambientales. Su intervención no solo responde a necesidades inmediatas, sino que también fomenta la organización comunitaria y la creación de redes de apoyo que inciden en el desarrollo social sostenible (Iamamoto, 2003). Esta doble dimensión —individual y colectiva— convierte al trabajo social en una profesión estratégica en la consolidación de la democracia y la garantía de derechos.

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Conmemorar el Día del Trabajador Social implica reconocer una profesión que se ejerce bajo principios de responsabilidad ética, compromiso social y vocación de servicio. Asimismo, invita a reflexionar sobre la importancia de fortalecer las condiciones laborales y formativas de estos profesionales, ya que su quehacer no solo impacta en las personas y comunidades que acompañan, sino que también contribuye a la construcción de políticas públicas con perspectiva de inclusión y equidad.

Esta conmemoración trasciende el ámbito celebrativo y se convierte en una oportunidad de reflexión académica y social sobre el papel de los trabajadores sociales como agentes de cambio. Reconocer su labor es reconocer la posibilidad de avanzar hacia sociedades más humanas, cohesionadas y justas, donde la dignidad y los derechos de cada persona sean el eje de toda acción social.

Referencias

  • Ander-Egg, E. (1993). Introducción al trabajo social. Editorial Humanitas.
  • Consejo General del Trabajo Social (2012). Código Deontológico del Trabajo Social. Madrid: Consejo General del Trabajo Social.
  • Iamamoto, M. (2003). El servicio social en la contemporaneidad: trabajo y formación profesional. Cortez Editora.

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