El “Día mundial sin alcohol” es una conmemoración que busca visibilizar los daños asociados al consumo de bebidas alcohólicas y promover estrategias individuales, comunitarias y de políticas públicas para reducir esos daños. La Organización Mundial de la Salud (OMS) impulsa estrategias y planes globales continuos (p. ej. el Global Alcohol Action Plan 2022–2030) que orientan las acciones todo el año, aunque ha instaurado la celebración cada 15 de noviembre. Las celebraciones y días “sin alcohol” son iniciativas de la sociedad civil, grupos de salud pública y movimientos por la sobriedad que surgieron en distintas regiones para llamar la atención sobre los efectos adversos del alcohol en la salud, la seguridad y el desarrollo social.
El alcoholismo y los trastornos por uso de alcohol
Aunque la conmemoración no se limita a una sola enfermedad, gran parte del discurso se centra en el trastorno por uso de alcohol (alcoholismo) y las consecuencias derivadas del consumo nocivo.
Definición y fisiopatología: El trastorno por uso de alcohol es un patrón problemático de consumo que produce deterioro clínicamente significativo o malestar, caracterizado por pérdida de control, deseo intenso, tolerancia y síndrome de abstinencia al reducir o suspender la bebida. Fisiológicamente, el etanol actúa como depresor del sistema nervioso central—modula neurotransmisores como GABA y glutamato—y a largo plazo causa neuroadaptaciones que sustentan dependencia, daño cerebral, y daño hepático por mecanismos tóxicos y proinflamatorios.
Datos clínicos y complicaciones: Los efectos abarcan desde lesiones por accidentes, violencia y sobredosis hasta enfermedades crónicas: esteatosis hepática, hepatitis alcohólica, cirrosis, pancreatitis, cardiopatía, ciertos cánceres (boca, esófago, hígado, mama), trastornos psiquiátricos (depresión, ansiedad), y riesgo aumentado de mortalidad prematura. El alcohol es una causa importante de mortalidad entre adultos jóvenes (20–39 años).
Mortalidad y pronóstico: A nivel global, las estimaciones recientes atribuyen alrededor de 2.6 millones de muertes anuales al alcohol (aprox. 4–5 % de todas las muertes), con peor impacto en hombres y en ciertos grupos vulnerables; el pronóstico depende del grado de daño hepático, comorbilidades y la capacidad de acceso a tratamientos (desintoxicación, terapia psicosocial, farmacoterapia), así como de intervenciones de salud pública para reducir consumo nocivo.

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Estadísticas de importancia
Mundial: el reporte global más reciente (OMS) y datos derivados indican que el consumo per cápita y las muertes atribuibles al alcohol siguen siendo un importante factor de carga de enfermedad; la OMS reporta que el alcohol es la principal causa de muerte y discapacidad en personas de 20–39 años y que millones están expuestos a riesgos evitables.
América Latina y el Caribe: la Región de las Américas presenta una prevalencia mayor que la media mundial en varios países; la prevalencia de trastornos por uso de alcohol y episodios de consumo excesivo es elevada —en particular en hombres— y la región muestra la prevalencia más alta de trastorno por uso de alcohol en mujeres comparada con otras regiones en algunos reportes de la OPS/OMS.
México: según ENSANUT 2022, la prevalencia de consumo actual en adultos (≥20 años) fue aproximadamente 55%; prevaleció más en hombres (≈67%) que en mujeres (≈45%). El consumo excesivo en los últimos 12 meses fue cercano al 40% y en los últimos 30 días al 19% (con variaciones por edad y regiones). Además, los estudios y reportes nacionales registran consultas y hospitalizaciones por uso nocivo de alcohol y muertes atribuibles.
Importancia histórica del tema
Históricamente el alcohol ha sido parte de rituales y economías, pero el reconocimiento de su impacto en salud pública (lesiones, violencia, enfermedades crónicas) ganó fuerza en las últimas décadas. La OMS consolidó la prioridad en 2010 (Global strategy) y recientemente impulsó el Global Alcohol Action Plan 2022–2030, marcando un momento histórico: por primera vez se promueve un plan de acción global con metas y medidas orientadas a políticas concretas (impuestos, restricciones a la disponibilidad y publicidad, servicios de salud), reconociendo el conflicto de intereses con la industria.
Derechos humanos y legislación
Desde el enfoque de derechos, la protección del derecho a la salud obliga a los Estados a adoptar medidas para reducir riesgos conocidos (como el alcohol) y garantizar acceso a atención y prevención, respetando no discriminación y protegiendo a poblaciones vulnerables (niños/adolescentes).
A nivel internacional, instrumentos sobre derechos económicos, sociales y culturales respaldan estas obligaciones y la OMS/OPS recomiendan políticas públicas basadas en evidencia.
En México, la Ley General de Salud regula bebidas alcohólicas (definiciones, advertencias en envases, programas para prevención y tratamiento del uso nocivo del alcohol) y existen normas administrativas (NOMs) que regulan producción, etiquetado y venta; además hay esfuerzos locales por restringir horarios/zonas de venta y publicidad.

Avances actuales, riesgos y perspectivas
Avances: adopción del Global Alcohol Action Plan (WHA), iniciativas como SAFER de la OMS, mayor evidencia sobre ausencia de “consumo seguro” para ciertos riesgos (p. ej. cáncer), incremento en fiscalidad y etiquetado en varios países, crecimiento de servicios de tratamiento y capacitación.
Riesgos: presión e influencia de la industria del alcohol en políticas, aumento de consumo en subgrupos (ciertas cohortes jóvenes), mercado informal (alcohol adulterado) que causa intoxicaciones masivas, y brechas en acceso a tratamiento. En México, episodios de alcohol adulterado han provocado brotes y muertes en años recientes, lo que subraya riesgos regulatorios y de control de mercado.
Perspectivas: si se implementan políticas de alto impacto (impuestos, control de la publicidad, restricción de disponibilidad, servicios de salud integrados), es posible reducir significativamente la carga de enfermedad atribuible al alcohol para 2030; la investigación continuará afinando intervenciones costo-efectivas y adaptadas a contextos locales.
Importancia de la divulgación científica
La divulgación accesible permite que la población entienda riesgos reales (p. ej. relación alcohol-cáncer), reduzca estigmas hacia personas con trastorno por uso de alcohol y apoye políticas públicas basadas en evidencia. Un día o una campaña “sin alcohol” funciona como disparador para conversación pública, movilización política y cambios en comportamientos individuales si se acompaña de mensajes claros, basados en evidencia y opciones de apoyo (servicios, líneas de ayuda).
Si considera que puede tener problemas por el consumo de bebidas alcohólicas, puede realizar una autoevaluación utilizando nuestro calculador de riesgo asociado al consumo de alcohol de manera completamente anónima.
Referencias
- World Health Organization. (2024). Global alcohol action plan 2022–2030. https://www.who.int/publications/i/item/9789240090101
- World Health Organization. (2024, 28 junio). Alcohol — fact sheet. https://www.who.int/news-room/fact-sheets/detail/alcohol
- Pan American Health Organization / World Health Organization. (s. f.). Alcohol in the Americas; data and resources. https://www.paho.org/en/topics/alcohol
- Instituto Nacional de Salud Pública (INSP). (2023). Ramírez-Toscano, Y. et al. Patrones de consumo de alcohol en adolescentes y adultos mexicanos: ENSANUT Continua 2022 (Documento analítico). https://ensanut.insp.mx/encuestas/ensanutcontinua2022/doctos/11-Consumo.de.alcohol-ENSANUT2022-14817-72323-2-10-20230619.pdf
- Secretaría de Salud / COFEPRIS. Ley General de Salud (artículos sobre bebidas alcohólicas y programas de prevención). https://salud.gob.mx/unidades/cdi/legis/lgs/LEY_GENERAL_DE_SALUD.pdf
- Movendi International. (s. f.). World Alcohol-Free Day / World Alcohol-Free movement. https://movendi.ngo/what-we-do/lifestyle/world-alcohol-free-day/
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