Cada 21 de septiembre se conmemora el Día Mundial del Alzheimer, una fecha proclamada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y Alzheimer’s Disease International (ADI) en 1994. El propósito de esta conmemoración es concienciar a la sociedad sobre la enfermedad de Alzheimer, una de las principales causas de demencia en el mundo y un reto creciente para los sistemas de salud, las familias y las comunidades.
El Día Mundial del Alzheimer fue establecido para visibilizar los desafíos sociales, médicos y económicos que implica esta enfermedad neurodegenerativa. La fecha busca promover el diagnóstico temprano, el acceso a tratamientos, el apoyo a cuidadores y el fortalecimiento de políticas públicas. Desde su instauración, diversos países han desarrollado campañas de sensibilización y programas nacionales de atención a las demencias, reconociendo que el Alzheimer no solo es un problema médico, sino también social y cultural.
De acuerdo con la OMS (2022), más de 55 millones de personas viven actualmente con algún tipo de demencia en el mundo, de las cuales entre el 60% y 70% corresponden a Alzheimer. Se proyecta que para 2050 esta cifra se triplicará, alcanzando los 152 millones, debido al envejecimiento poblacional. A nivel global, la enfermedad de Alzheimer es la séptima causa de muerte y representa uno de los principales factores de discapacidad en adultos mayores.
En América Latina, la prevalencia de demencia se estima en 7.1% de la población mayor de 65 años (ADI, 2021). La región enfrenta el doble desafío del rápido envejecimiento y la limitada capacidad de sus sistemas de salud para atender las necesidades de esta población. En México, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI, 2021) reporta que cerca de 1.3 millones de personas viven con Alzheimer, cifra que podría duplicarse hacia 2050. El impacto en las familias es significativo, ya que la mayoría de los cuidados recaen en mujeres de mediana edad, lo que genera implicaciones económicas y sociales.
El reconocimiento histórico del Alzheimer como una enfermedad neurodegenerativa se remonta a 1906, cuando Alois Alzheimer describió el primer caso clínico. Desde entonces, el campo de la neurología ha avanzado significativamente en la comprensión de los mecanismos patológicos, como la acumulación de placas beta-amiloides y ovillos neurofibrilares. La divulgación científica desempeña un papel esencial, ya que permite acercar el conocimiento médico a la población y combatir el estigma que aún rodea a la demencia. Campañas de difusión han promovido la detección temprana, el acompañamiento familiar y la necesidad de inversión en investigación.

Foto de Annabel Podevyn en Unsplash.
El Alzheimer plantea un reto en materia de derechos humanos, especialmente en lo relativo al derecho a la salud, la dignidad y la inclusión social. A nivel internacional, la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad reconoce la necesidad de garantizar atención médica, participación social y apoyo integral a quienes viven con demencia. En México, la Ley General de Salud contempla la atención a enfermedades neurodegenerativas, mientras que programas como el Plan Nacional de Alzheimer y otras Demencias (2014) establecen lineamientos para fortalecer la prevención, diagnóstico y atención. Sin embargo, persisten brechas en la implementación de políticas públicas y en la equidad del acceso a servicios especializados.
En los últimos años, se han desarrollado terapias innovadoras, incluyendo medicamentos como el donanemab, lecanemab y otros en investigación que buscan actuar sobre la fisiopatología subyacente. Asimismo, han surgido programas comunitarios de estimulación cognitiva y apoyo psicosocial que mejoran la calidad de vida de pacientes y cuidadores. En México, universidades e institutos nacionales de salud participan activamente en proyectos de investigación sobre biomarcadores y diagnóstico temprano, lo que constituye una fortaleza en la respuesta al problema.
Aún persisten retos como lo son el mejorar los métodos para el diagnóstico precoz, el desarrollo de medicamentos más eficaces y la creación de entornos amigables para las personas con demencia, así como reducir el costo de los nuevos tratamientos, la desigualdad en su acceso y la falta de personal especializado. el futuro de la lucha contra el Alzheimer dependerá de la cooperación internacional, el fortalecimiento de los sistemas de salud y la consolidación de una cultura de cuidado y apoyo hacia quienes viven con demencia. El futuro de la lucha contra el Alzheimer dependerá de la cooperación internacional, el fortalecimiento de los sistemas de salud y la consolidación de una cultura de cuidado y apoyo hacia quienes viven con demencia.
Referencias
- Alzheimer’s Disease International (ADI). (2021). World Alzheimer Report 2021. https://www.alzint.org
- Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). (2021). Estadísticas sobre salud y envejecimiento en México. https://www.inegi.org.mx
- Organización Mundial de la Salud (OMS). (2022). Dementia fact sheet. https://www.who.int
- Secretaría de Salud. (2014). Plan Nacional de Alzheimer y otras Demencias en México. Gobierno de México.
- World Health Organization & Alzheimer’s Disease International. (1994). World Alzheimer’s Day declaration. WHO/ADI.
Foto de portada de National Cancer Institute en Unsplash.