Día del Médico Residente

El ejercicio de la medicina es una de las profesiones más demandantes y de mayor impacto social. En este campo, el médico residente ocupa un papel crucial: es el profesional en formación que transita entre el conocimiento teórico adquirido en la licenciatura y la práctica especializada dentro de hospitales de enseñanza. Este día busca reconocer la dedicación, los sacrificios y la labor de quienes, además de aprender, sostienen buena parte del trabajo hospitalario.

El 23 de septiembre se instauró como el Día del Médico Residente en reconocimiento a William Halsted (1852-1922), considerado el creador del modelo moderno de residencia médica. En el Hospital Johns Hopkins, Halsted estableció a finales del siglo XIX un sistema de formación clínica basado en la práctica intensiva y supervisada, con responsabilidades crecientes. Este modelo se expandió a todo el mundo y fue adoptado en América Latina a lo largo del siglo XX.

En México y en varios países de la región, la fecha se ha consolidado como un día de homenaje y reflexión acerca del papel de los residentes, quienes constituyen tanto estudiantes de posgrado como trabajadores esenciales en hospitales públicos y privados.

Un médico residente es aquel que, tras completar la licenciatura en medicina, ingresa a un programa de especialidad en un hospital universitario o de enseñanza. Durante este periodo, que puede durar de 3 a 6 años o más, combina la práctica clínica supervisada con actividades de investigación y docencia.

El contexto de la residencia implica una alta carga laboral: guardias de 24 a 36 horas, exposición a riesgos biológicos, estrés emocional y toma de decisiones bajo presión. Estudios han mostrado que los residentes presentan prevalencias elevadas de síndrome de burnout, depresión y ansiedad (Llera & Durante, 2014). Estas condiciones no solo afectan su bienestar, sino que también pueden impactar en la seguridad de los pacientes.

La residencia médica surgió como respuesta a la necesidad de entrenar médicos especialistas capaces de enfrentar problemas clínicos complejos. En México, este sistema se consolidó en el siglo XX, particularmente en instituciones como el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y hospitales universitarios.

Hoy, los residentes representan un pilar del sistema de salud: atienden emergencias, realizan procedimientos quirúrgicos, manejan pacientes en terapia intensiva y participan en investigaciones clínicas. Sin su trabajo, gran parte de la atención hospitalaria colapsaría.

Foto de Abdulai Sayni en Unsplash.

A nivel internacional, se estima que existen más de 140 mil residentes en programas de especialidad en Estados Unidos (American Medical Association, 2023). En América Latina, los datos son más heterogéneos, pero México destaca con alrededor de 30 mil residentes activos en programas de especialidad médica.

En cuanto a la salud de los propios residentes, estudios internacionales muestran que entre el 20 % y el 30 % presentan síntomas depresivos, y hasta un 10 % ha considerado el suicidio durante su formación (Rotenstein et al., 2016). En México, más del 50 % reporta síntomas de burnout (Ramírez-Baena et al., 2019). Estos números evidencian que la residencia se asocia a fenómenos de salud ocupacional de alta relevancia.

El trabajo de los médicos residentes plantea un debate sobre derechos humanos laborales. A nivel internacional, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) han señalado la importancia de garantizar condiciones dignas y seguras para los trabajadores de la salud.

En México, la Ley Federal del Trabajo regula aspectos como jornadas laborales y descansos. Sin embargo, los residentes se encuentran en una situación particular: son estudiantes de posgrado, pero también trabajadores hospitalarios. En años recientes, han surgido propuestas legislativas para reconocerlos como “trabajadores-estudiantes”, con derechos plenos a seguridad social, prestaciones y limitaciones de jornada.

En el ámbito internacional, el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (ONU, 1966) establece la obligación de los Estados de garantizar condiciones de trabajo seguras y saludables, lo cual aplica también a los residentes médicos.

La divulgación científica cumple un papel fundamental para visibilizar la labor de los médicos residentes. Muchos pacientes desconocen que quienes los atienden en hospitales universitarios son médicos en formación especializada. Difundir esta información fomenta la empatía social, sensibiliza a las autoridades y abre el debate público sobre la necesidad de mejorar sus condiciones laborales.

Además, el reconocimiento social fortalece la motivación de los residentes y contribuye a impulsar reformas que aseguren su bienestar y, con ello, una mejor calidad de atención para los pacientes.

Algunos países han implementado avances significativos, como la limitación de jornadas a un máximo de 80 horas semanales en Estados Unidos y Europa. En México se han desarrollado programas de apoyo psicológico y de vigilancia de la salud ocupacional, aunque todavía con alcance limitado.

Las oportunidades futuras incluyen la digitalización hospitalaria, la automatización de tareas administrativas y la implementación de tecnologías que reduzcan la sobrecarga de trabajo de los residentes.

Sin embargo, los riesgos persisten: la saturación de hospitales, la falta de plazas para los egresados de medicina y la precarización laboral podrían agravar los problemas actuales. Por ello, el reto será equilibrar la excelencia académica con la protección de los derechos humanos y laborales de los residentes.

Este día, por lo tanto, es un recordatorio de la importancia de quienes, en proceso de formación, sostienen gran parte de la atención médica hospitalaria. Invertir en su bienestar no solo beneficia a estos profesionales, sino que asegura un sistema de salud más humano, eficiente y sostenible para la sociedad en su conjunto.

Referencias

  • American Medical Association. (2023). Graduate medical education data. AMA. https://www.ama-assn.org
  • Llera, J., & Durante, E. (2014). Burnout en médicos residentes: una revisión de la literatura. Educación Médica, 15(1), 38-45. https://doi.org/10.1016/j.edumed.2014.01.008
  • Organización de las Naciones Unidas (ONU). (1966). Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Naciones Unidas.
  • Ramírez-Baena, L., Ortega-Campos, E., Gómez-Urquiza, J. L., & De la Fuente-Solana, E. I. (2019). A multicentre study of burnout prevalence and related psychological variables in medical residents. Journal of Clinical Nursing, 28(9-10), 1469-1478. https://doi.org/10.1111/jocn.14779
  • Rotenstein, L. S., Ramos, M. A., Torre, M., Segal, J. B., Peluso, M. J., Guille, C., … & Mata, D. A. (2016). Prevalence of depression, depressive symptoms, and suicidal ideation among medical students: a systematic review and meta-analysis. JAMA, 316(21), 2214-2236. https://doi.org/10.1001/jama.2016.17324

Foto de portada de 刘 彦军 en Unsplash

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