El 19 de septiembre se conmemora el Día Mundial del Colesterol, una fecha destinada a sensibilizar a la población acerca de los riesgos asociados a niveles elevados de colesterol en sangre y su relación con enfermedades cardiovasculares, una de las principales causas de mortalidad global. Esta conmemoración busca promover hábitos de vida saludables, el acceso a diagnósticos oportunos y el fortalecimiento de políticas públicas que favorezcan la prevención.
El Día Mundial del Colesterol fue instaurado por la Sociedad Internacional de Aterosclerosis (International Atherosclerosis Society, IAS) y la Federación Mundial del Corazón con el fin de llamar la atención sobre el colesterol como factor de riesgo modificable. La conmemoración busca, además, fomentar el diagnóstico precoz y la adhesión a tratamientos efectivos para reducir complicaciones graves como infartos y accidentes cerebrovasculares.
La Organización Mundial de la Salud (OMS, 2023) estima que aproximadamente el 39% de los adultos a nivel mundial presentan niveles elevados de colesterol total, lo que representa un factor de riesgo para cerca de 17.9 millones de muertes anuales atribuibles a enfermedades cardiovasculares. A nivel regional, en América Latina, la prevalencia de hipercolesterolemia varía entre 20% y 50% de la población adulta, con diferencias significativas según la dieta, estilos de vida y acceso a servicios de salud. En México, la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT, 2022) reporta que alrededor del 30% de los adultos presentan hipercolesterolemia, con mayor prevalencia en zonas urbanas y en grupos con sobrepeso y obesidad, lo que evidencia una fuerte asociación con el contexto epidemiológico nacional.
Históricamente, la identificación del colesterol como factor clave en la aterosclerosis y las enfermedades cardiovasculares marcó un antes y un después en la medicina preventiva. Desde mediados del siglo XX, investigaciones científicas demostraron la relación directa entre niveles altos de colesterol y la mortalidad cardiovascular, lo que impulsó campañas de salud pública en diversos países. En este sentido, la divulgación científica es fundamental, ya que permite traducir hallazgos complejos en mensajes accesibles a la población general, promoviendo cambios de hábitos alimenticios, incremento de la actividad física y la adherencia a tratamientos farmacológicos.

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El control del colesterol y la prevención de enfermedades cardiovasculares están directamente relacionados con el derecho humano a la salud, reconocido por la Organización de las Naciones Unidas. En el ámbito internacional, la OMS ha emitido recomendaciones sobre la reducción del consumo de grasas saturadas y trans, como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible vinculados a la salud. En México, la Ley General de Salud contempla programas de prevención de enfermedades crónicas no transmisibles, incluyendo el monitoreo y tratamiento de dislipidemias. Además, medidas legislativas como el etiquetado frontal de alimentos implementado en 2020 constituyen un esfuerzo para reducir el consumo de productos altos en grasas saturadas y azúcares.
Los avances en farmacología, como las estatinas, ezetimiba y los inhibidores de PCSK9, han transformado el manejo de la hipercolesterolemia, ofreciendo alternativas eficaces para reducir los niveles de colesterol LDL. Asimismo, la creciente disponibilidad de pruebas diagnósticas rápidas y accesibles permite una detección temprana. En México, los programas de salud pública incluyen estrategias comunitarias para promover la alimentación balanceada y la actividad física, lo cual constituye una fortaleza en la lucha contra esta condición.
Las oportunidades en este campo se centran en la integración de tecnologías digitales para monitorear la salud cardiovascular, la expansión de programas de prevención en escuelas y centros laborales, y el fortalecimiento de políticas fiscales que desincentiven el consumo de alimentos nocivos. Sin embargo, persisten riesgos como la inequidad en el acceso a medicamentos de última generación, el aumento en la prevalencia de obesidad y la persistencia de estilos de vida sedentarios. Las perspectivas futuras apuntan a una mayor personalización de los tratamientos, el uso de inteligencia artificial en la predicción de riesgos y la consolidación de sistemas de salud más preventivos que curativos.
Podemos concluir que esta conmemoración constituye una oportunidad para reflexionar sobre el papel del colesterol en la salud pública y el impacto de la prevención en la reducción de la mortalidad cardiovascular.
Referencias
- Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT). (2022). Resultados sobre enfermedades crónicas no transmisibles. Instituto Nacional de Salud Pública.
- Organización Mundial de la Salud (OMS). (2023). Cardiovascular diseases (CVDs). https://www.who.int
- International Atherosclerosis Society (IAS). (2022). World Cholesterol Day. https://www.athero.org
- Secretaría de Salud (México). (2021). Programa de acción específico: Prevención y control de enfermedades crónicas. Gobierno de México.
- World Heart Federation. (2022). Cholesterol awareness and prevention. https://www.world-heart-federation.org
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