El Día Nacional de la Persona Adulta Mayor constituye una fecha de conmemoración y reflexión en diversos países de América Latina, entre ellos México, donde se celebra el 28 de agosto. Este día busca reconocer la contribución social, cultural y económica de las personas mayores, al mismo tiempo que visibiliza los retos asociados al envejecimiento poblacional, tales como la discriminación por edad, la pobreza, el acceso a la salud y la garantía de derechos humanos. La conmemoración no es solo un gesto simbólico; se trata de una oportunidad para generar conciencia social y promover políticas públicas que garanticen una vida digna en la vejez.
El mundo experimenta un proceso acelerado de envejecimiento. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2021), para el año 2050 una de cada seis personas (≈ 17%) tendrá más de 60 años. Este fenómeno demográfico plantea retos para los sistemas de salud, la seguridad social y los vínculos intergeneracionales. En México, el Consejo Nacional de Población (CONAPO, 2020) reporta que el grupo de personas mayores de 60 años representa más del 12% de la población, una cifra en constante crecimiento.
El aumento de la longevidad es un logro del desarrollo humano, pero también exige respuestas integrales. La conmemoración del Día Nacional de la Persona Adulta Mayor se enmarca en este escenario, recordando la necesidad de repensar los modelos de atención, participación y protección social para garantizar un envejecimiento digno y activo.
La vejez no debe entenderse únicamente como una etapa de declive físico, sino como una fase vital con derechos plenos. En este sentido, la Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores (OEA, 2015) establece principios fundamentales: dignidad, independencia, autonomía y participación. Sin embargo, en la práctica persisten problemáticas como la discriminación por edad, la invisibilización en las políticas públicas y la precariedad económica.
Esta fecha nos recuerda que las personas mayores son sujetos plenos de derechos, con un papel fundamental en la transmisión de valores, conocimientos y experiencias, también de que la sociedad tiene la obligación de garantizar entornos accesibles y respetuosos, promover la participación activa en la vida comunitaria y ofrecer seguridad económica y sanitaria. Reconocer los derechos de las personas mayores es también reconocer su aporte histórico y su experiencia acumulada.

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Entre los principales desafíos actuales se encuentran:
- Salud integral: Muchas personas adultas mayores enfrentan enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión y deterioro cognitivo. La OMS (2021) insiste en la necesidad de sistemas de salud centrados en la persona, que no solo atiendan enfermedades, sino que promuevan la autonomía y la calidad de vida.
- Seguridad económica: Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI, 2022), más del 40% de las personas mayores en México no cuentan con una pensión suficiente. Esto genera vulnerabilidad y dependencia económica.
- Discriminación y estereotipos: El edadismo (discriminación por razón de edad, especialmente de las personas mayores o ancianas) continúa siendo una barrera para la integración. El imaginario social muchas veces asocia la vejez con incapacidad o improductividad, lo que limita oportunidades de participación laboral, cultural y política.
- Soledad y redes de apoyo: La urbanización y los cambios familiares han reducido los vínculos intergeneracionales, incrementando el riesgo de aislamiento social. El Día Nacional de la Persona Adulta Mayor permite visibilizar la importancia de fortalecer redes comunitarias que fomenten la integración social.
La conmemoración de este día también invita a analizar los esfuerzos institucionales. En México, programas como la Pensión para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores representan avances significativos en la reducción de la pobreza en este sector. Sin embargo, expertos señalan que no basta con políticas de transferencias económicas; se requieren acciones integrales que incluyan salud preventiva, educación continua, accesibilidad urbana y promoción del envejecimiento activo.
Asimismo, es fundamental fomentar una cultura de respeto intergeneracional. Reconocer a las personas mayores como portadoras de memoria histórica y capital cultural contribuye a derribar prejuicios y a construir sociedades más justas e inclusivas.
Garantizar su bienestar implica enfrentar desafíos complejos como la seguridad económica, el acceso universal a la salud, la eliminación de estigmas y la creación de entornos inclusivos. Una sociedad que respeta y cuida a sus personas adultas mayores es una sociedad que se respeta y cuida a sí misma.
Referencias
- Consejo Nacional de Población (CONAPO). (2020). Proyecciones de la población de México y de las entidades federativas, 2020–2050. Gobierno de México. https://www.gob.mx/conapo
- Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). (2022). Estadísticas a propósito del Día Internacional de las Personas de Edad. INEGI. https://www.inegi.org.mx
- Organización de los Estados Americanos (OEA). (2015). Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores. OEA. http://www.oas.org
- Organización Mundial de la Salud (OMS). (2021). Decenio del envejecimiento saludable 2021–2030. OMS. https://www.who.int
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